300 ejemplares vendidos

Hoy traigo una noticia que para mi es muy importante: ¡la semana pasada se vendió el ejemplar número 300 de Un nombre de guerrero! ¡Fiesta! Todo un hito. Algunos artículos señalan este número como un techo difícil de alcanzar y de romper para autores noveles, incluso aquellos que son apoyados por editoriales… Y gracias a vosotros, Un nombre de guerrero ya ha llegado allí.

Sé que ahora viene lo más difícil, donde la mariposa que bate sus alas con fuerza logrará el ansiado efecto o caerá exhausta. Y el resultado depende de aquellos que están a punto de clic pero con reservas: personas con una lista infinita de lecturas pendientes, que conservan la suspicacia de leer a una autora autopublicada, personas sin tiempo o que no son lectores habituales, otros que no se atreven con una historia dura… Entiendo todas estas reticencias porque yo también las tendría.

Hablar del libro que uno mismo ha escrito no es fácil, uno se siente como vendiendo lavadoras o enciclopedias, lo que más rabia os dé. Solo os dejo una frase ¿y si le dais una oportunidad?

No os voy a mentir, casi 100 ejemplares los compraron amigos, familiares, y conocidos a los que me une algún vínculo y que desearon apoyar el esfuerzo. Pero no penséis que a mis ojos eso le resta valor. Ellos son los primeros destinatarios de la historia. Tras meses de duelo, en los que las palabras se esforzaban por salir renqueantes, como tirando de la cuerda vocal hacia atrás para no tener que dar explicaciones sobre cómo encontraba, tras un periodo largo de silencio, compartir la novela fue la mejor manera de acercarme de nuevo. Ha sido una auténtica catarsis recibir sus llamadas de amor y agradecimiento. A vosotros que estáis siempre ahí, mi abrazo más fuerte y muchas gracias.

Después vinieron las asociaciones de duelo, los psicólogos perinatales, algunos hospitales y muchas madres en duelo que me han contactado para decirme que el libro les ha llegado al corazón. Mucho más importante, me confirmaron que Un nombre de guerrero puede reconfortar a mujeres que han pasado por un trance similar, y servir para que familiares y amigos entiendan mejor este duelo, ya que desde la narrativa es más sencillo empatizar con los sentimientos. Qué gran placer ha sido conoceros y aprender de vuestra labor. Espero que sigamos colaborando.

El ultimo círculo se abre de manera más amplia. Medios y blogueros amantes de la lectura, ajenos a esta realidad, y otros lectores que decidieron dar una oportunidad a Un nombre de guerrero sin conocer ni a la autora ni a la obra. Algunos han realizado sorteos pagados de su bolsillo, regalado el libro a sus amigos… no se me ocurre mejor homenaje. Conservo mensajes de lectores que valoran la novela como una obra redonda, que se asombran positivamente de la apuesta por el estilo directo libre como forma narrativa, que aprecian la belleza y delicadeza de la novela. Habéis hecho lo imposible, confiar en una desconocida que os propone la lectura de una obra dura. No tengo palabras, un millón de gracias.

¡Pensé en escribir vuestros nombres, pero sois demasiados para caber en un post!

¿Quiénes serán los siguientes lectores? ¡Estoy deseando conoceros e intercambiar impresiones sobre Un nombre de guerrero, sobre vuestras propias experiencias, sobre la lectura, sobre la vida!